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Y la verdad que no había canción que le gustase más que el sonido de sus besos, ni monumento más bonito de observar que su mirada, en la que le encantaba perderse como si de un mundo se tratase.

Monotonía.

Nunca me ha gustado esa palabra, sinceramente, todo lo relacionado con la monotonía me ha causado siempre un pánico extremo del que he terminado huyendo cual cobarde... Al igual que la rutina. Son dos cosas que odio. Y también son dos cosas en las que desintencionadamente me siento inmerso. 

Espero que se solucione pronto y no acabe todo como siempre.

Nuevo...

Si, huele a nuevo
como los libros que nunca nos atrevemos a leer
por su alto contenido en verdades sobre desengaños
amorosos en su mayoría.
Cualquier burda escusa para echar la vista al frente
y desengañarnos sobre desamores fugaces
que tras un anticiclón veraniego,
nos cargan de verdad con su borrasca.

Y sinceramente en unas semanas no se olvida
pero si se consiguen sentimientos que jamás
uno se vería capaz de imaginar.
Ese algo nuevo, ese sentimiento nuevo
que nos hace convertirnos en dos seres extraños
a ratos culpable tu, y en otros la culpa es mía
pero al final la verdad cae sobre la mesa
con una arrolladora fuerza
y deja entrever que en realidad, lo que siento
se llama "pena".

Pena de no entenderte, pena de mi,
pena de ti algunas veces...
Pena de ver que un día puedes tenerlo "Todo"
y en cuestión de un "Te quiero"
vernos abocados al fracaso.