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jueves, 7 de agosto de 2014

"Y hay veces que es mejor no preguntar, porque la respuesta está a la vista".

No entiendo nada... (como de costumbre, para que engañarnos). Quizá era un pretexto para empezar a hablar de algo que no llegue a tener sentido, pero necesito desahogarme, cosa que llevo mucho tiempo sin hacer. No me reconozco. Dicen que la madurez un día llama a tu puerta y empiezas a saber que cosas son importantes y que cosas no... Yo tampoco lo veo así. No me considero una persona madura, pero tampoco me considero un inmaduro... Me como demasiado la cabeza. A estas alturas solo sé que he cambiado...
Por otra parte sé que no soy tan bueno como parezco... Alguien lo tacharía de egoísmo, yo lo llamo amor propio. Si, ese amor que uno se tiene a si mismo, que hace que uno mire por su bien y que le hace de hacer las cosas que en realidad considera necesarias en su vida. Y de corazón te lo digo (a cualquiera que lea estas estupideces) que mi intención no es dañar a nadie sino alcanzar la "felicidad"... 
"Felicidad", bonita palabra... se me viene grande y todo. Si tuviese que definir esa palabra no sabría como hacerlo... La verdad que es algo tan difícil de conseguir como de explicar.
Muchas veces perdemos tanto tiempo en buscar explicaciones en la vida que al final acabamos dándonos cuenta de que hemos perdido nuestro tiempo en buscar explicación a cosas que no la tienen.
Sin más termino este texto, llegando a la conclusión de que quizá no he cambiado, sino que en realidad he empezado a ser quien realmente soy. 

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